domingo, 7 de julio de 2013

El artista frente al espejo

Sin críticos, todo lo que el futuro podrá conocer de Justin Bieber será su música. Y sin una comprensión contextual del artista pop y su rol en nuestra cultura contemporánea, ¿cómo la explicaremos ?
Emily Zemler. Are Music Critics Pointless? Hollywood Reporter, 29/03/2013.

El artículo de Zemler plantea cuestiones candentes sobre el papel de la crítica musical en la actualidad: necesidad de la crítica, pérdida de estatus del crítico, crítica como mediación, críticas marciales en defensa propia, etc.
La absurda frase de Tyler que abre la columna - "todo el mundo escucha la música de manera diferente, así que no entiendo cómo es que los críticos tienen trabajo" - recuerda a la famosa pedrada en la frente de la crítica atribuida a Frank Zappa - también a Elvis Costello -: "escribir/hablar sobre música es como bailar sobre arquitectura". Un modo de contrarrestar este catenaccio gremial es el de entregar la pelota a los protagonistas. La idea, cuenta Zemler, se le ocurrió a Michael Azerrad, un crítico que el año pasado puso en marcha un foro que da voz a los artistas: los músicos comentan la obra de otros músicos que a su vez tienen derecho de réplica. Buena jugada, se reconoce la autoridad de los artistas sobre su propio trabajo y se les pone a "bailar sobre arquitectura". 
El propio Zemler señala por un lado el interés de poder presenciar un debate de estas características en primera fila para, acto seguido, apuntar que en cualquier caso se trata de "gente con una visión subjetiva escribiendo sobre algo que no puede ser aprehendido con palabras", en la linea de lo inefable de Costello/Zappa y del subjetivismo radical de Tyler. Deja así entrever que el conocimiento del cómo se hace la música si bien es una ventaja que posee el músico metido a crítico, es insuficiente, lo que le lleva a la afirmación culturalista con la que termina su columna y que encabeza esta entrada, afirmación apuntada ya antes en referencia a la web puesta en marcha por Azerrad:
El papel del crítico es contextualizar, generar conocimiento sobre cómo nuestro mundo se refleja en la cultura popular y cómo ese reflejo difiere con lo que se hizo antes. El crítico ayuda al público a entender lo que está escuchando y cómo encaja en el gran retrato de la música. ¿Está cualquiera que escribe actualmente para un blog cualificado para dar cuenta de este contexto?
Pues desde este punto de vista está claro que no, ni siquiera los propios músicos y, como dice Zemler, el experimento [sic] de Azerrad si bien es muy interesante no pasa de ser una voz más en esta labor (cada vez más) coral. Se ha de tener en cuenta que el cómo de los músicos no garantiza esa visión contextual y lo que realmente blindaría su autoridad como críticos, los aspectos más formales o los técnicos - aquí subo una octava, en este compás empleo una sexta napolitana, etc. - están prácticamente ausentes en la crítica musical. Se trata de música pop, parece decir Zelmer, y aquí lo que prima es lo contextual. 
La idea del conocimiento futuro de la música expuesta en el artículo es análoga - sólo hay que intercambiar "futuro" por "civilización alienígena avanzada", como en cualquier película del género de la ciencia ficción - a la que tuvieron los científicos que introdujeron música en las sondas espaciales Voyager con la intención de mostrar a otras civilizaciones - no es broma - los más exquisitos ejemplos de las diferentes manifestaciones musicales de la humanidad. Se prescindió de incluir en la sonda libreto explicativo alguno, dejando que sea la música la hable por sí misma.
Contrasta ésto con la desconfianza de Zemler, patente en su frase final, una defensa de la labor del crítico de música pop... a pesar de ella misma. 

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