martes, 27 de febrero de 2018

Los tremendos quince minutos de Abbey Road.



Nick Cohn, el autor del mítico libro Awopbopaloobop Alopbamboom, se despacha a gusto con el Abbey Road de los Beatles.

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Solo añadir una nota curiosa. En la crítica Cohn dice que Come Together es una reelaboración ralentizada de You Can't Catch Me de Chuck Berry y bueno, digamos que es algo sujeto a interpretación. Pero sí es verdad que hay un préstamo literario:

Come Together (Lennon)

Here come old flattop, he come grooving up slowly
He got joo-joo eyeball, he one holy roller
He got hair down to his knees
Got to be a joker, he just do what he please

You Can't Catch Me (Berry)

New Jersey Turnpike in the wee wee hours
I was rollin' slowly 'cause of drizzlin' showers
Here come a flat-top, he was movin' up with me
Then come wavin' by me in a little' old souped-up jitney
I put my foot on my tank and I began to roll


La leyenda cuenta que Berry llamó por teléfono a Lennon, mosqueado por el hecho de que una canción que se había colocado en el número uno de las listas se valiera de una de sus letras sin la pertinente compensación. El beatle pidió a Berry que la cuantificara en metálico. Éste dijo un número y Lennon extendió un cheque a su nombre por ese valor.


domingo, 18 de febrero de 2018

Los roqueros no van al infierno


Abundando en el tema del rock durante la transición, es recomendable la lectura de este artículo aparecido el pasado quince de febrero en El País.

lunes, 12 de febrero de 2018

Mena y ganga.




"Arrojo la toalla, no participo en más subastas". "Pasa lo mismo aquí, alguien ha pujado hasta 112 € por una reedición de Ballads de John Coltrane, ¡una reedición que no vale más de 25-30 €!"."En los últimos años esto se ha puesto imposible". 

Son mensajes recogidos en un foro de aficionados al jazz. Abundan los comentarios sobre el mercado de segunda mano. Con la moda del vinilo proliferan nuevas editoras de reediciones analógicas, que compiten con las facsimilares. Pero los precios son altos. Las más asequibles están alrededor de los 35 €, siendo la media de unos 55 €, a lo que generalmente hay que añadir los gastos de envío. Así que estos coleccionistas acostumbran a echar las redes en ebay y en tiendas de segunda mano en busca de saldos. Pero las cosas se han empezado a complicar a medida que el vinilo ha ido convirtiéndose en objeto de culto. No hablo de discos de culto, si no de culto al disco. La mayor demanda ha elevado el precio y apenas se encuentran gangas.

La alianza entre el sistema de subastas y las webs que proporcionan datos en tiempo real sobre el precio de cada disco ha hecho que las tiendas de oportunidades hayan dejado de serlo. O mejor dicho, hay oportunidades, pero con discos cuya demanda es mucho menor. Los discos más apreciados salen de las cubetas pasando a la tienda digital, donde son subastados.

Alguien podrá objetar que estos discos salen a subasta con precios irrisorios y por lo tanto esa información sobre su valor es irrelevante. Pero aquí es donde viene el aspecto más polémico: por lo visto, determinados vendedores de ebay tienen perfiles "falsos" o "amigos" cuya misión es elevar fraudulentamente el valor de las pujas.

(El texto vale para los coleccionistas españoles si obviamos lo referente a las tiendas convencionales)

domingo, 4 de febrero de 2018

Ochéntame a bocajarro.

En la España de principios de los años ochenta, el jevi metal campeaba por sus fueros. Tras unos años de "rollo" con Paracelso y Cópula de helado, las bandas de rock duro tomaron por asalto el Festival de rock de la Villa de Madrid. Viendo que el público prefería la greña suelta al cardado se consideró necesario crear tres categorías - pop-rock, jazz-rock y rock duro - y dar así visibilidad a los modernos

El Coleta viaja en el tiempo y nos da su visión del asunto. Dentro vídeo.