lunes, 24 de mayo de 2010

Encyclofunk




En Sound Effects Simon Frith analiza la incorporación de los músicos negros estadounidenses al zoco del pop en las décadas de los veinte y los treinta. La industria privilegió la composición frente a la ejecución, protegiéndola mediante los derechos de autor; consecuentemente, se apropió de un acervo musical nacido al calor de la espontaneidad. Las cualidades "vivas" de la "música negra" - se puede leer un artículo muy interesante de Philip Tagg sobre esta denominación -, propias de la interpretación en directo, entraban en crisis a causa de la creciente importancia otorgada a la figura del autor y del desarrollo de la tecnología de grabación y reproducción. Este mismo sistema de negocio permitió explotar la inmediatez expresiva inscrita en la voz de los artistas negros, mercadear con su "soul"; Frith cita a Ian Hoare, que explica como

Incluso en el jazz instrumental, el modo básico de expresión descansa en la imitación de los efectos de la laringe humana
A la larga, concluye Frith, este énfasis en la expresión acabaría por convertirse en un lastre una vez que el rock empezó a ser vehículo para un tipo de "expresión artística genuinamente individualista", deliberada, en la que se perdía naturalidad y se ganaba en autoconciencia y complejidad. Paralelamente el soul, de camino hacia el éxito, empezó a ser cuestionado: en 1970 los críticos de Rolling Stone y NME echaban pestes sobre los discos de Motown, considerándolos "una papilla de Muzak vacuo y tonterías pretenciosas".

Con todo, a partir de What's going on, de Marvin Gaye y la posterior mudanza de Tamla Motown a Los Ángeles, el pop soul de la casa se escurrirá ocasionalmente hacia un tipo de música más artística e individualista: valga como ejemplo Innervisions de Stevie Wonder - aceptado como "artista" rock por la crítica junto a otros músicos negros como Sly Stone o Jimi Hendrix -, obra de madurez tras una etapa iniciada con otro disco de significativo título: Music of my mind.


Mente y cuerpo, o mejor dicho: mente o cuerpo...De nuevo Simon Frith:

Lo que se asumía era que mientras la música negra era importante como una expresión de vitalidad y excitación - era, en otras palabras, "buena para bailar" - carecía de las cualidades reflexivas necesarias para una expresión artística genuina. (La versión más cruda de este argumento apareció a finales de los 70 cuando la contraportada de Rolling Stone aparecían anuncios de camisetas en las que se leía "Disco Sucks!" (la música disco apesta)

Unos cuantos siglos atrás, Platón se mostraba temeroso ante la música como fuente de placer, ya que alejaba al oyente de la contemplación de la belleza y sus virtudes ético-educativas; en contraste, los epicúreos acentuaban, contra las corrientes moralistas, su valor hedonista. Estas distinciones prefiguraban la dicotomía cuerpo/mente que se volvería más clara a partir del siglo XVII con Descartes. Así, el viejo conflicto entre lo emocional y lo racional se cuela de matute en las inquisitorias de la crítica rock de los años setenta: por un lado la "música negra", orientada al baile, por otro el rock, decantado hacia un oyente juicioso.

Pero también es vieja la síntesis de estas dos instancias supuestamente antagónicas. Una de las más logradas es la que hicieron los enciclopedistas franceses en la voz "foible" (faible, débil) de su diccionario, al afirmar que "a medida que la mente adquiere más iluminación, el corazón adquiere más sensibilidad". En 1970, tres años antes de los coqueteos progresivos de Stevie Wonder, George Clinton y sus huestes funkadélicas mejoraban la avanzadilla enciclopédica haciendo del título de su segundo disco toda una declaración de principios: Free your mind and your ass will follow, es decir, libera tu mente y tu culo la seguirá.


jueves, 6 de mayo de 2010

Paralelo 43°21'45”


A partires de mañá día sete e ao longo do mes de maio ten lugar no barrio coruñés da Agra-As Conchiñas o festival artístico Paralelo 43º 21' 45'': danza, concertos, exposicións, obradoiros, pasarúas e un sinfín de actividades con vocación peatonal.