martes, 24 de febrero de 2009

Pop para gente extraña


Bart Davenport + La Brigada

Festival IN-SOMNI'09
La [2] d'Apolo, Barcelona
20 de febrero, 20:30 h

La actuación de Bart Davenport en La [2], una sala de aforo mediano anexa a la legendaria Apolo de Barcelona, me sirvió para confirmar la solvencia de este artista californiano sobre el escenario. No es que albergara dudas al respecto, ya lo había podido comprobar en su aparición en Los Conciertos de Radio 3, de TVE, acompañado por un glamuroso saxofonista, pero me faltaba verlo en vivo, algo que deseaba hacía tiempo.

La tarde empezó con La Brigada, antes conocidos como The Light Brigade, un grupo de Vilanova i la Geltrú que tan pronto visita los soleados paisajes de la costa oeste norteamericana vía Laurel Canyon como se echa unas pintas con Ray Davies en Muswell Hill. Versátiles, con talento para las buenas melodías y gusto por el detalle, añaden a la clásica instrumentación de guitarra, bajo y batería, teclados y trompeta.

El cantante brigadista anunció, pasada la media hora de actuación, la incorporación de un sexto componente que les acompañaría en un par de temas. Esa incorporación no era otra que la del propio Bart Davenport, un tipo menudo y de expresión tan amable como vivaracha que había estado bailando y aplaudiendo de manera entusiasta las canciones de los de Vilanova, engrosando el escaso público inicial.

Tenían preparados dos hits. El primero fue Between Clark and Hilldale, de Love y el segundo Euphoria, del propio Davenport, canción con regusto stoniano que le permitió ejecutar con soltura todo su repertorio de movimientos de baile, destacando sus clásicos amagos twist.


Esta parte final de la actuación de La Brigada seguro que hizo despertar en más de uno el deseo de ver a Bart Davenport acompañado por una banda, ya que en sus continuas visitas a España - excepción hecha de The Loved Ones, su encarnación mod - siempre ha actuado como solista, o al menos así me consta.

Claro, en cuanto suenan los primeros acordes de guitarra acompañando su polivalente voz, lo de la banda pasa a un segundo plano. En La [2] ni siquiera necesitó respaldo instrumental para iniciarnos en su clase magistral de orfebrería pop. El recital comenzó a capella, con algo que sonaba a balada isabelina, y continuó con la retahila de magníficas canciones que forman el catálogo de Bart, siendo Palaces, su último disco, el principal protagonista.

Los momentos álgidos en cuanto a popularidad llegaron con A Young One, Clara y Jon Jon, en los que parte del respetuoso público - gente extraña de Barcelona, en palabras de Bart - sumó su voz, me incluyo, a los irresistibles estribillos entonados por este pequeño gran hombre. Tan irresistibles que lo cierto es que se hacía difícil no tener la sensación de estar viviendo por un momento en Hamelin, dispuestos a seguir al Bart-flautista cuando bajara del escenario y atravesando la sala continuara tocando en la calle, persuadidos de la verdad contenida en esa jubilosa afirmación que dió nombre a otro de los referentes del soft-rock de las dos últimas décadas, Papas Fritas: POP HAS FREED US.

El concierto se terminó en tres bises, pero pudo haberse prolongado el tiempo que a Bart le hubiera dado la gana. Ni la pareja de sesentañeros que tenía a mi lado con los ojos como platos, ni el arrebatado cantante de La Brigada, que se sabía prácticamente todas las letras del californiano, ni, por descontado, servidor, nos hubiéramos movido de allí hasta que hubiera agotado su repertorio; y creo que la mayor parte de los que se dieron cita en La [2] hubiera hecho lo mismo. ¿Quién dijo aquello de que "lo bueno, si breve, dos veces bueno?


Al margen del concierto, me gustaría llamar la atención sobre otras formaciones en las que Bart Davenport despliega su talento, creo que merecen la pena:

Honeycut, una originalísima banda de nervio electrónico y vocación bailonga que cuenta con el atractivo adicional de tener como teclista al gran RV Salters.

http://www.youtube.com/watch?v=ee98ZDZAVf8&NR=1

http://www.myspace.com/honeycutmusic

The Loved Ones, o Bart goes mod.

http://www.youtube.com/watch?v=Z-M-vMsSRII


Finalmente, los que se hayan quedado con ganas de saber cómo suena Bart Davenport en directo con banda de acompañamiento pueden recurrir a la descarga de las canciones alojadas en esta web:


http://daytrotter.com/article/1595/bart-davenport




La fotografía que encabeza esta entrada está tomada por Quique López, colaborador en el blog alterna2. Para ver más fotos de Bart o disfrutar del buen hacer de Quique clicar aquí.

lunes, 23 de febrero de 2009

Faustakraut pasta (IV)


Can’t get no satisfaction? All you need is Faust.

En el capítulo anterior de esta serie vinculé a los Beatles con Faust de una manera un tanto caprichosa, pero la verdad es que hubo un momento en el que sí se estableció una relación entre ambos, tan remota como significativa.


En Why don’t you eat carrots, corte de inicio de Clear, el primer disco de Faust, se escuchan, como tomadas de una emisión de radio y de forma sucesiva, un par de compases de I can’t get (no) satisfaction y otro par de All you need is love. En un breve lapso, la música de Beatles y Stones es sepultada por un par de arreones de feedback; a continuación suena una secuencia de notas de piano y, acto seguido algo que, a falta de una etiqueta más inspirada, se podría definir como pop cubista. El propósito de Faust quedaba establecido en este antílogo sonoro.

El periodista y productor Uwe Nettelbeck, animado por Kurt Enders, A & R de Polydor en Alemania, quién tenía la convicción de que existía un espacio para la nueva música alemana en la esfera del rock internacional, juntó a una serie de músicos en un estudio construido a la sazón en Wümme, una ciudad situada entre Hamburgo y Bremen.

En palabras del propio Nettelbeck:
La idea era no copiar nada de lo que estaba ocurriendo en la escena rock anglosajona – y funcionó. Faust me gustan más que The Beach Boys, The Velvet Underground o los primeros Mothers debido a que su música no es sólo un “producto industrial”.

"Ellos no son “profesionales” en ese sentido – sólo intentan ser ellos mismos y no hacer otra cosa que no sea su propia música. Siempre me ha gustado la idea de editar discos que careciesen de un acabado convencional en términos de producción pero con esa particular sensación de espontaneidad que echo de menos en el negocio. En otras palabras: los discos deberían sonar como bootlegs, como grabados por alguien que acudiera a un ensayo o una improvisación y posteriormente montase el resultado de modo incoherente.
Los dos insertos que abrían el primer corte del disco no eran, por tanto, una mera cita o algo casual, sino una concisa declaración de principios: superar el carácter mimético del grueso de los grupos alemanes contemporáneos. El primer paso consistía en darle la extremaunción al canon rock.

Nettelbeck eludía cualquier comparación estilística para poner el énfasis en el objetivo: mientras los tres grupos que menciona rendían "productos industriales", lo de Faust era concebido más como un work in progress para el que la edición de un disco no constituía tanto un fin como un hecho testimonial.


La prueba incontestable de esta afirmación es The Faust Tapes, un surtido de maniobras orquestales caseras editado en 1973 por Virgin al más que módico precio de cuarenta y nueve peniques – ese año se vendieron cincuenta mil copias; más tarde se supo que la jugada fue rentable para la compañía, aunque en su momento pareciera un suicidio económico -. Según cuenta Julian Cope en Krautrock Sampler, los chicos que formarán años después The Simple Minds se deshicieron de sus copias de The Faust Tapes arrojándolas desde el tejado de su apartamento, hecho que basta para acreditar la gran calidad del disco.


Continuando con las palabras de Nettelbeck, si bien es cierto que Faust no parecían muy interesados en el acabado de sus grabaciones, sí que hay influencias anglosajonas en su música, concretamente de los grupos a los que Nettelbeck hace alusión.

Ya destacamos la importancia de Stockhausen en la segunda entrega de Fastakraut Pasta. El músico alemán había estado trabajando en 1952 junto a Pierre Schaeffer, pionero de la música concreta cuya influencia en el ámbito del rock ya diera sus frutos en 1966, año de la edición de Freak Out, primer disco de The Mothers of Invention, el grupo del californiano Frank Zappa, un referente para los alemanes.

También la sombra de The Velvet Underground planea sobre Faust. Julian Cope insiste en la fascinación de éstos por Andy Warhol y la escena experimental neoyorkina. En 1972, Tony Conrad, el que fuera componente de The Dream Syndicate junto a John Cale y La Monte Young, se desplazó a Wümme para grabar Outside the Dream Syndicate junto a tres componentes de Faust. En Krautrock Sampler Zappa aparece citado junto a The Fugs como una de las influencias más notables en el underground germano de finales de los 60, si bien Cope muestra ciertas reservas hacia la música del primero.


En cuanto a los Beach Boys, Nettelbeck era fan suyo, o al menos eso afirmaba en el inserto de Clear;..., pero hay un mundo entre el sonido de los broncíneos chicos de la playa y el de los kraut freaks de la gélida Wümme, al menos hasta que Brian Wilson renunció a las giras para ejercer de Crusoe en su estudio, transmutando el pop pueril de sus primeras obras en gospel de retórica lisérgica.


Otras influencias podrían ser las de Roxy Music o bandas del sonido canterbury como The Soft Machine. En cualquier caso es bastante patente que Faust no estaban creando ex nihilo, pero eran tan singulares que casi lo parecía.


(En la foto se ve a Nettelbeck manipulando la consola junto a los componentes de Faust).

sábado, 7 de febrero de 2009

Bart Davenport

Bart Davenport

18 febreiro 20:00 h, Sala NASA, Santiago de Compostela.
19 febreiro 20:00 h, Casa de Arriba, Vigo.

Temos de visita por Galicia a un dos mellores compositores e intérpretes de música pop na actualidade: Bart Davenport.

O seu é un mosaico no que concorre case toda a serie de estilos musicais que floreceron durante as décadas dos sesenta e os setenta, refundidos con personalidade e actitude contemporánea: dende o sweet soul ao folk pasando polo rock psicodélico ou o pop máis intimista.

Lennon e McCartney, The Incredible String Band, Marcos Valle, The Hollies, o exquisito Homegrown de
Don Agrati, The Originals, Burt Bacharach, John Sebastian e mesmo os Stones resoan no repertorio deste músico californiano.

Acaba de editar Palaces, cuarto disco en solitario que continúa a liña dos seus anteriores traballos: xuntar doce cancións con categoría de single, algo prácticamente insólito hoxe en día.

Valéndose tanto dunha sensibilidade allea a estridencias, que atopa acomodo nas boas melodías, como da súa gran capacidade como intérprete, Barto recolleu o testigo dos grandes, convertíndose no indiscutible adaíl do POP. Temos a sorte de poder velo en directo, eu non o perdería.

Máis concertos en Madrid, Barcelona, Zaragoza e Valencia. Infórmate clicando aquí.