miércoles, 29 de mayo de 2013

Como lágrimas en la lluvia

Acabo de leer la recomendable entrevista que Juan Puchades hace a Diego Alfredo Manrique en la revista Efeeme. Comenzando por la reciente publicación del libro Jinetes en la tormenta, a lo largo de la conversación se van tocando diferentes palos y, como es costumbre, DAM proporciona una buena dosis de anécdotas y análisis a partir de su dilatada experiencia como periodista musical. Aquí van un par de breves observaciones a rebufo de otras entradas de este mismo blog (123 y 4).
En la primera entrega tanto entrevistador como entrevistado coinciden en su idea sobre la relación entre el público y la crítica especializada:
- DAM: (...)¿Qué ha ocurrido? Que la música que nosotros cubrimos cada vez es más rara y la música del gran público cada vez es peor porque nadie dice si eso tiene o no tiene valor. (...) Es muy difícil que una gran canción de Love of Lesbian llegue al gran público, y Love of Lesbian son casi fenómeno de masas. 

- JP: Sí, de hecho son más de masas que muchos de los que se consideran del mainstream. 

- DAM: Exactamente.
Se podrá matizar lo que se quiera, pero en este intercambio de impresiones hay una contradicción más que visible: la música que la crítica cubre es cada vez más rara - lo cual tampoco debería extrañar cuando se trata de crítica especializada, esto sin entrar a discutir en qué consiste tal especialización - y sin embargo uno de sus grupos bandera es "casi" un fenómeno de masas. Dejémoslo en que el problema apunta a una desconexión entre público y crítica "tradicional"/industria, propiciada por las posibilidades que ofrece internet.
-JP: Luego resulta que los oyentes, en general, son mucho más fundamentalistas que los propios críticos y que los propios artistas a los que admiran. Al que le gusta el rock, solo consume rock y al que le mola el indie, solo le da al indie. 
- DAM: Pero eso es una consecuencia de cómo se vive aquí la música, como un accesorio de moda y un documento de identidad cultural. (...) son una minoría, pero la minoría que gritaba más y que se compraba las revistas musicales. (...) En realidad la gente, el público en general, está abierto a todo, de hecho su modo de consumo es, de natural, ecléctico
- DAM: Pero sí que hay canciones enormes, (...) pero como existe este muro de Berlín entre el uno por ciento de los melómanos y el noventa y nueve por ciento del resto de la población, pues ahí se quedan
Pues quizás por ahí vayan los tiros: parece haber sólo un uno por ciento de público potencialmente interesado en la crítica especializada, el resto elige en base a unos parámetros distintos a los que maneja ésta. Tengo serias dudas de que esto haya sido alguna vez de otro modo y de que vaya a cambiar: el consumidor de prensa musical especializada busca, por decir así, afirmar una identidad - y en España decir prensa musical es decir Ruta 66 y Rockdelux, que responden a los perfiles clásico y moderno, respectivamente - mientras que el público en general es más ecléctico, con un modo de consumo discrecional en el que la mediación de la crítica no es necesaria. 

Pero es que además la pedagogía musical no parece tarea fácil :
-DAM: Entonces te das cuenta de que se han ido cultivando las peores tendencias, la tendencia borrica a responder tú no nos vas a decir a nosotros lo que tenemos que hacer, porque nosotros nos enorgullecemos de no escuchar lo que digan los críticos o lo que diga la prensa.
Concluye DAM:
-Evidentemente se ha implantado este mundo tan extraño en el que vivimos: prestamos una enorme atención a grupos absolutamente minoritarios y luego ignoramos a los grupos masivos. Y ya no te digo nada si estamos hablando de lo que podríamos llamar pop de consumo: ¿cuándo hemos visto una crítica de Alejandro Sanz?
La cuestión, insisto, es si para que Alejandro Sanz llegue al público es necesaria la participación de un publicista, lo que no quiere decir que tal participación deje de ser interesante.

A pesar del, o quizás a causa del, constante puenteo por parte del consumidor - y aquí tienen mucho que ver, como se dijo antes, las posibilidades que ofrece internet: los errores ya no se pagan a 20 € -, se insiste en la importancia de la crítica musical. Por si fuera poco, su papel se ve distorsionado tanto por el reemplazo generacional como por la avalancha de novedades discográficas que impulsa el mercado, cosa que ambos reconocen. 

Aquí lo dejo, aprovechando para recordar que Diego A. Manrique continúa impartiendo magisterio desde La zona salvaje en Radio Gladys Palmera.