sábado, 15 de septiembre de 2012

Greguería

«No hay que no querer venderse, hay que no saber»
Javier Krahe


miércoles, 12 de septiembre de 2012

domingo, 9 de septiembre de 2012

El despreciador despreciado (1)


Leo lo siguiente en una columna llamada Confidencias Pop de la web de El Confidencial: 
«En CT o la Cultura de la Transición (Ed. Debolsillo) el periodista Víctor Lenore escribe que "los madrileños Camela, rumba multiplatino, fueron ninguneados durante años por la prensa y por la industria seguramente porque sus discos reflejaban una España poco fashion, cool y europea". Camela serían, pues, un buen ejemplo de cómo la cultura más popular está siendo despreciada por los medios de masas.»
Sin embargo, allí dónde todavía sobrevivan espacios televisivos de «variedades», su audiencia tendrá una opinión distinta. Por ejemplo, en un programa de la televisión autonómica gallega como Luar, posiblemente uno de los cantantes más apreciados haya sido El Fary. Actualmente artistas como Camela o Pimpinela podrían liderar el ranking de número de apariciones, y es algo a tener en cuenta en un análisis como el del artículo citado, ya que se trata de un espacio que lleva veinte años en antena liderando la cota de pantalla de la noche de los viernes en Galicia, es decir, un auténtico fenómeno de masas.

Pero esto no es algo exclusivo de los canales autonómicos. Hace unos días vi una entrevista a Dioni - integrante de Camela - en el programa de María Teresa Campos, que podrá ser considerada cualquier cosa menos una presentadora que hace televisión para minorías. Más ejemplos: en medios masivos como la emisora Los 40, la presencia de artistas como Camela no creo que pueda ser considerada como testimonial; eso por no hablar de Radio Teletaxi - acabo de abrir su web y me topo con Estopa, El Barrio, Isabel Pantoja y Pablo Alborán –, cuyo festival homónimo, que se celebra hoy en Isla Fantasia de Vilassar de Mar (Barcelona) y que cuenta con la participación de Salvador Beltrán, Juan Magan, Los del Río, Rosa López, Merche, Joana Jimenez, Bustamante, India Martinez, Andy & Lucas, Melocos, El Arrebato, Pastora Soler y otros, viene batiendo desde hace años records de asistencia, con ediciones en las que se han llegado a reunir cerca de setecientas mil personas.

Sea o no más que una impresión sacada de mi experiencia como televidente y radioyente, creo que no se puede afirmar que artistas como los citados por Lenore y Hernández sean despreciados por los medios de masas. Lo son, sí, por medios especializados - medios que a su vez son ignorados por las masas -, pero es que no los necesitan para su supervivencia, a la vista está. 

(ir a la segunda parte)

jueves, 6 de septiembre de 2012

Cervantes y Palestrina. Elogio de la sencillez


En el capítulo XXVI de Don Quijote de La Mancha, ese en que los «titereros» presentan su retablo, Don Mariano aconseja al joven trujamán, «declarador de sus maravillas», no irse por las ramas en la exposición:
Muchacho, no te metas en dibujos, sino haz lo que este señor te manda, que será lo más acertado; sigue tu canto llano y no te metas en contrapuntos que suelen quebrar de sotiles.
Dice Adolfo Salazar en su estudio sobre la música en la obra de Cervantes que éste «no se interesa por sus grandes contemporáneos en el arte musical», y que «no muestra gusto ni inclinación en ninguno de sus escritos por adentrarse en las zonas de cierta elevación en la música de su siglo, que es, justamente, el siglo de oro de la música española.»1

Con todo, la admonición de Don Mariano – sentencia moral que pareciera tomada de las Meditaciones de Marco Aurelio -, podría ser eco de la polémica con respecto a la música que tuvo lugar durante el Concilio de Trento (1545 - 1563), cuando algunos obispos contrarreformistas insistieron en limitar el uso de la polifonía en la liturgia a fin de que el texto fuera inteligible.

«Según una leyenda que empezó a circular poco después de su muerte, Palestrina salvó a la polifonía de su condenación por el Concilio de Trento, al componer misa a seis voces de espíritu reverente, pero en la que no se ocultaba el significado de las palabras. La obra en cuestión fue la Misa del Papa Marcelo, publicada en 1576»2. Palestrina, por tanto, lejos de renunciar a la polifonía, lo que hizo fue reformarla dotando a sus obras de «una cualidad casi igual a la del canto gregoriano, influencia sin duda de los cantos llanos parafraseados a menudo en sus misas y motetes. Las frases melódicas del primer Agnus Dei de la Misa del Papa Marcelo, son características: frases de aliento amplio, rítmicamente variadas y fácilmente cantables, que trazan una curva natural y elegante. Las voces se desplazan por grados conjuntos, con pocas notas repetidas.»3

De este modo, la música de Palestrina podría considerarse una síntesis perfecta de esas dos técnicas que opone Cervantes por boca de Don Mariano y que será presentada en el siglo XVII como ideal del stile antico o prima prattica.


1. Adolfo Salazar. La música en Cervantes y otros ensayos. Madrid, Insula, 1961.

2 y 3. Donald J. Grout, Claude V. Palisca & J. Peter Burkholder. Historia de la música occidental. Madrid, Alianza Editorial, 2008.