martes, 22 de noviembre de 2011

Debate en el día de la marmota



En nuestro particular día de la marmota tres intelectuales volvieron a analizar lo que fue La Movida: Thomas Hobbes, José Antonio Maravall y Tierno Galván. Los tres, como era de esperar, llegaron a conclusiones similares.
Hobbes se reafirmó en su idea de que «los súbditos deben a los soberanos simple obediencia en todas las cosas en que su obediencia no está en contradicción con las leyes divinas».
José Antonio Maravall habló nuevamente de la relación entre novedad y conservadurismo, estableciendo puentes con el Barroco: «Por eso el Barroco, para ser conservador, se declara muchas veces innovador. Había que aceptarlo así, precisamente para mejor controlar todo movimiento de esa última naturaleza, en su dirección y en sus límites. En esos terrenos en los que ni políticamente ni intelectualmente resultaba peligroso, había que dejar las puertas abiertas a la novedad, había que hacer mucho ruido en torno a ella para atraer la atención de las gentes y, en esos terrenos, había que extremarla para saciar el apetito de la misma: la irrupción de extravagancias en poesía, en literatura, en arte, etc., compensa de la privación de novedad en otras partes. Así pues, el virtuosismo de la novedad, característico del Barroco en los campos en los que aquélla no posee fuerza corrosiva, se explica por unas motivaciones sociales muy directas». 
Tierno hizo gala de su proverbial concisión limitándose a decir: «¡Roqueros: el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!»