jueves, 20 de noviembre de 2008

Zan Hoffman & Masters of the Ungentlemanly Art



La Casa Fantom +
Zan Hoffman's Masters of the Ungentlemanly Art +
The Black Gramola Conspiracy

Casa das Atochas, A Coruña
21 nov 2008, 20:30 h
Entrada 4

En 1982 Zan Hoffman descubrió la magia del sonido a través del micrófono de su walkman: la abracadabrante fórmula "pause + rec" le permitía, pertrechado con un rudimentario Panasonic, auscultar el multiverso sonoro oculto entre las cuatro paredes de su habitación. Al poco tiempo empezó a registrar las primeras expediciones sonoras por el entorno doméstico, las roomscapes, actividad que le llevaría a la creación del sello Zidsick, en 1984, un modo de intercambiar grabaciones originales con hometapers - gente que, como Hoffman, grababa su música en cinta de casete - de todo el mundo y aportar así su granito de arena a la "cassette culture".

Hagamos un poco de historia. Los últimos años de la década de los 70 vieron el apogeo de la cultura del "hazlo tú mismo" y el impulso de la ética de la autogestión. En el Reino Unido, The medium was the tedium, sencillo de Desperate Bicycles, se considera el hito de un periodo de febril autoedición que durará aproximadamente tres años, alcanzando un pico de más de 800 sellos discográficos indies en 1980.

La contrapartida de la ética DIY - siglas para Do it yourself, hazlo tú mismo - fue el descenso exponencial en la calidad musical de las grabaciones y la saturación del "mercado" por sobreabundancia de artistas, un caso de muerte por éxito. La situación de incertidumbre hacía que los grupos se lo pensaran dos veces antes de invertir los ahorros en la grabación de un disco cuyas posibilidades de hallar destinatario eran más que remotas. Se presentó así la ocasión para la cinta de casete, un medio mucho más económico para editar - ya se disponía de grabadoras de 4 pistas a precios asequibles - y que además permitía el contacto directo vía correos con un público que podía encontrar en el mercado reproductores de casete a precios también populares. Era un nada desdeñable paso adelante en la lucha contra los intermediarios en el negocio musical desde que, con el punk, se desatara la guerra a las multinacionales: el cambio de paradigma en la recepción y distribución musical estaba servido.

Por un lado, esta floreciente cultura del casete fue inmediatamente captada por la industria, que pretendía canalizar el potencial torrente de creatividad y dinero que manaba del post-punk. Por otro, cientos de grabaciones de artistas irrecuperables para el mainstream continuaron circulando a través de las oficinas de correos de todo el mundo, y lo harían hasta solaparse con la llegada de los formatos digitales. El interregno de la cinta magnética duraría aproximadamente cinco años, entre 1979 y 1984, pero algunos de sus instigadores se mantuvieron en activo hasta el presente. Tal es el caso de Zan Hoffman.

En la cultura del casete, además del contenido importaba el continente; el diseño de la portada o la confección del empaquetado permitían incorporar técnicas que los artistas vinculados a movimientos post-Fluxus acostumbraban a usar. De este modo la interacción entre los que se movían en el ámbito del mail art, la poesía visual, el copy art o el stamp art y los hometapers era bastante habitual.

Zan Hoffman cambiaba arte por correo antes de saber que existían redes de distribución de casetes. A través de la sección Castenettes del mítico fanzine Op Magazine, en la que se reseñaban cintas caseras, entró en contacto con personas que intercambiaban su música en este formato. Compiló sus grabaciones bajo el título de The Subtle Art of Puddle Pushing, a cargo de los Zanstones, y comenzó su andadura en el mundo de la cassette culture.
*

La música de Zan conserva el carácter especulativo y lúdico de sus primeras roomscapes. El modo de trabajar iterativo asociado a los proyectos desarrollados en colaboración se vale de la reinterpretación sucesiva del material de partida, por lo que técnicas como el reciclado, el collage o cualquier otro tipo de intervención sobre un material dado son recursos habituales en este prolífico músico.

Masters of the Ungentlemanly Art y Here Be Monsters son algunos de los nombres para sus trabajos colaborativos. Como Zanstones presenta en directo material grabado previamente en la ciudad que le acoge y desde 1993, con el alias de Bodycocktail, sus ocurrencias proto-new wave-desquiciado en torno a un teclado/sampler Ensonic Mirage.

Compartir espacio con Zan Hoffman es celebrar más de 25 años de actividad musical errática y marginal - en el buen sentido -, compulsiva, lúdica, asociativa y cientos de cosas más. Una cita ineludible.

Casa das Atochas
Atocha alta, 14
A Coruña

Z. H. estará además en:

20 nov 2008 21:00 - A cova dos ratos, Vigo
22 nov 2008 20:00 - Estarlux, Ferrol

El cartel que encabeza esta entrada es obra de Sergi S. Massó.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Juan Eusebio Nieremberg y las razones de la música



Oculta filosofía. Razones de la música en el hombre y la naturaleza.
Juan Eusebio Nieremberg
Edición y prólogo de Ramón Andrés
El Acantilado. Barcelona, 2004

Sistema para el engorde del ganado, remedio para la picadura de la tarántula, modo de aplacar las pasiones o antídoto contra la destemplanza y hasta el apetito sexual, Juan Eusebio Nieremberg (1595 - 1658) aglutina en este libro una extravagante variedad de usos para la música en su faceta más pedestre. En contraste, este jesuita madrileño alude también al carácter transmundano que adquiere cuando es adscrita a la institución divina del orden universal, junto a la aritmética y la geometría. De este modo, Nieremberg responde al clásico modelo de tratadista erudito que, a fuerza de citar autoridades va exponiendo toda una plétora de efectos musicales, tanto en el ámbito de lo animado - hombres e "irracionales" - como en de lo inanimado, sin olvidar la habitual consideración de la música como "concierto del mundo", es decir, como armonía universal.

Relación de hechos pintorescos y supersticiosos aparte, los trece capítulos de Curiosa y Oculta Filosofía compilados en este opúsculo son una buena y breve introducción a la tratadística musical centrada en el ethos, teoría que cubre un largo período que va desde sus inicios griegos hasta la ilustración.

Tomo directamente del diccionario New Grove la definición de ethos:
El ethos sería entendido como un atributo no solamente de las personas sino también de los fenómenos musicales, que son en este sentido, considerados como vehículos para transmitir actitudes éticas, careciendo de cualquier tipo de naturaleza moral en si mismos.

Este atributo, propio tanto de la poesía como de la música, consistiría, pues, en la capacidad de "generar estados de ánimo" o de modificarlos.

Platón, por ejemplo, hablaba de la dimensión ''ethética'' de la música para referirse a su capacidad de influir sobre el carácter de quien la escucha; así, en uno de los diálogos de La República, Sócrates considera a la armonía lidia mixta como lastimera e impropia para varones y se refiere a su laxitud, cualidad que la invalida para ser ejecutada ante un público formado por guerreros.

En Oculta filosofía, la alusión al ethos modal se concreta en la cita de Casiodoro y sus quince tonos - diferencia o cantidad de todo el sistema armónico que se basa en la entonación o en el nivel de la voz -, de los que se citan los cinco principales - dórico, jónico, frigio, eólico y lidio -. De este modo Nieremberg se sitúa en una tradición cristiana que, a través de Casiodoro y su contemporáneo Boecio, se remonta a San Agustín y finalmente a Grecia, por su inspiración en las fuentes pitagóricas y platónicas.
Si bien existe un elemento común en las distintas exposiciones de la teoría del ethos - la antes aludida transmisión de actitudes - también es cierto que para los diferentes autores, sus causas y consecuencias no siempre coinciden.

Juan Eusebio Nieremberg explica en el capítulo XXII que los "espíritus del cuerpo" se alteran "conforme el modo y ley de los números y tonos músicos". Es en el caso de los hombres donde se muestra más "conciso" y ortodoxo, adjudicando, por ejemplo, propiedades "terapéuticas" a los diferentes modos musicales, cuyo efecto dependerá de la naturaleza de cada cual.

"Los espíritus del corazón se excitan por el sonido de fuera", y lo hacen en virtud de la recepción en su pecho del aire "trémulo y ondeado": es ésta una explicación que adopta un cariz empírico y que Nieremberg cita junto a la pitagórica que postula una semejanza entre el alma y el sonido.

La respuesta de los animales estará mucho más acotada: cada especie lo hará de una sola manera, sin que el autor dé más explicaciones.

Las plantas reaccionarán a la música siempre y cuando tengan sentido del oído o del tacto y, del mismo modo que en el caso de lo inanimado - capaz de percibir estímulos sonoros por la agitación del aire -, las explicaciones de Nieremberg se aproximan más a lo meramente físico.

En las relaciones que no aluden al hombre Nieremberg se muestra más pintoresco, sobre todo desde el punto de una tratadística musical cristiana que se había purgado de paganismo desde el bajo imperio, quedando prácticamente circunscrita a la teoría modal; ya en el prólogo del libro Ramón Andrés avisa del eclecticismo de Nieremberg y de que su heterodoxia le había costado más de una crítica.


Sin embargo el jesuita no andaba muy desencaminado en sus "desatinos". Aunque cree, como Aristóteles, que los animales no "perciben gusto con el canto", a través de Eliano nos recuerda que los árabes engordaban sus ganados con música. Hoy sabemos, por unos investigadores de la Universidad de Wisconsin, que la producción de leche aumenta en un 7.5% cuando estos animales se desenvuelven bajo el influjo de la música sinfónica.

En referencia al hombre, también pueden resultar extravagantes historias como la que cuenta citando a Escalígero, en la que "uno no podía detener las aguas" al escuchar el sonido de un arpa. En este último caso, y dado que se nos habla de un instrumento concreto, con sus características tímbricas, y no del efecto de un modo, podríamos decir que se trata de una explicación de carácter acústico. Un fenómeno similar explicaría las náuseas sufridas por parte del público durante los primeros treinta minutos de la película francesa "Irreversible", causadas por un ruido de fondo cuya frecuencia era de 28 Hz, es decir, prácticamente inaudible.

Sin abandonar el séptimo arte, escaso en esta película, en "La leyenda del DJ Frankie Wilde" el protagonista mantiene una relación táctil con la música, no porque su actividad neuronal sea similar a la de una planta, tal es el caso, sino a causa de la sordera producida por las condiciones en las que ha trabajado durante años y que sólo le permiten "percibir" el sonido a través de sus vibraciones o ante un espectrograma.

Al margen de lo entretenida que es la lectura de las extravagancias compiladas por Nieremberg, este pequeño libro sirve para entrar en contacto con una manera de concebir la música que, con diferencias de matiz, se extendió a lo largo de siglos y tuvo su origen en la escuela pitagórica, esa que, en palabras de Nietzsche, enuncia que sólo en las diferencias de proporción se fundamentan las distintas cualidades. Bajo la variedad de casos relatados por el autor subyace este principio general, origen de la ciencia en occidente.